El 8 de marzo en muchas ciudades del mundo pintaremos las calles de morado. Algunas gritaremos, otras haremos silencio, algunas recorreremos la ciudad, otras nos quedaremos quietas, pero todas por una misma causa: Nosotras. 

Más allá del feminismo, que comparto y apoyo a nivel personal, hoy os quiero compartir una reflexión objetiva, desde mi área de expertise, sobre cómo comunicar el activismo en general: cómo difundir cualquier causa o batalla, y generar el impacto esperado. 

 

Design Thinking y activismo

Ya lo hemos dicho de sobra, el Design Thinking, más allá de una metodología de innovación centrada en el usuario, es un mindset que, si lo integramos como hábito en nuestro día a día, se vuelve muy potente. Hemos hablado de educación, de management, de liderazgo, de branding, y esta vez me he preguntado: ¿y qué sucede con el activismo? 

El activismo nos cambia el paradigma porque nos descoloca el elemento central del Design Thinking: el usuario. 

Me explico: el activismo se define por “cualquier movimiento de tipo social, político, económico, ecológico o religioso que se produce con el fin de lograr un cambio”. Su “usuario” no es una persona sino, a veces, la sociedad entera (ejemplo: el activismo ecológico), y otras veces, un grupo grande representativo de una parte de la sociedad (ejemplo: el feminismo). 

Así, el ejercicio de empatía tan clave del que hemos hablado en varias ocasiones, lo debemos hacer con un target muy diverso y no personificable, que además no forzosamente comparte la causa por la que estamos luchando, ni sufre el dolor de esta causa (al menos no de forma consciente) y por lo tanto no forzosamente “necesita de nosotros”.

Esto genera un reto muy grande: ¿Cómo captar la atención y generar el interés de un target “desconectado” de nuestra batalla? ¿Cómo crear un vínculo con este target y generar empatía en ambos sentidos? 

En el activismo: ¡cuanta más creatividad, más impacto!

La respuesta parece evidente y en la teoría lo es: a través de la creatividad. Pero quien haya hecho el ejercicio sabe que, en la práctica, el nivel de creatividad que requiere la comunicación de una causa activista es mucho más alto: el hacer que la gente nos venga a ver y ponga atención pasa por mensajes y carteles necesariamente muy disruptivos tanto si usan el humor, como el choque, la agresión o el cuestionamiento. 

Para ilustrarlo, he hecho una selección de slogans y mensajes de diferentes causas que me han parecido excelentes ejemplos de la creatividad que un propósito tan fuerte como el feminismo, la justicia social, la libertad o la ecología, puede llegar a generar en sus activistas

 

Del 8M, interpelando al público con vehemencia y coraje

En los últimos años, los mensajes de la lucha feminista han tomado un camino cada vez más agresivo e incluso inquisitivo, buscando generar un sentimiento de culpa en el interlocutor tanto a nivel personal como societal. Es el caso por ejemplo del slogan “Desnuda te incomoda, ¿muerta no?” en referencia a la censura del cuerpo femenino en los medios y las redes sociales.

Del 8M, en búsqueda del orgullo feminista 

En las marchas feministas del 8M, hemos visto también slogans más ligeros y directamente dirigidos a las mujeres con el claro objetivo de alzar nuestro orgullo como mujeres y hacernos sentir fuertes. Tenemos por ejemplo el juego de palabras “Nos somos histéricas, somos históricas”, que con ironía lo dice todo, o el mensaje “Estás preciosa cuando luchas por tus derechos” que simplemente invita a ser parte del movimiento. 

De otras causas, con humor y un toque de sarcasmo

Según la causa y el mensaje que queremos transmitir, a veces el simple hecho de hacer reír puede causar mucho impacto: por ejemplo, un sencillo “It’s getting hot in here” en una manifestación contra el cambio climático expresa perfectamente el mensaje, de forma pacifista y sin target específico. 

Y un poco más allá del humor, el sarcasmo es también un arma creativa muy potente que busca generar un dolor, pero aguantable gracias a la risa, dejando así una huella más profunda.

El cartel «I’ve seen smarter cabinets at Ikea”, también en una manifestación ecológica, es un excelente ejemplo de cómo ser sarcástico, sin exagerar la burla y dando risa, transmitiendo así el sentimiento de inutilidad de los políticos frente a la urgencia climática. 

Otro ejemplo de sarcasmo, más antiguo, pero regularmente citado y reutilizado, es un cartel muy famoso del movimiento social de Mayo 68 en Francia, compuesto del slogan “Retour à la normale” (Vuelta a la normalidad) acompañado de un rebaño de borregos, que expresa de forma muy sarcástica el abandono de la huelga obrera, trás no conseguir prácticamente nada, más que una represión policial muy violenta. 

 

Activistas de mi red, os doy la enhorabuena por vuestra lucha, vuestro compromiso con vuestro propósito, y por vuestra creatividad a la hora de difundir vuestro mensaje! 

Amigas feministas, el 8 de marzo es un gran día para todas nosotras y espero con ansias las primeras fotos en los medios, seguro desbordantes de creatividad, pasión y esperanza. 

 

 

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